martes, 25 de julio de 2017

Boicot

El consumo no es inocente: cada producto que elegimos sostiene o destruye una red humana. El boicot es el último gran acto de solidaridad que nos queda ante el poder del mercado.

¿Qué significa boicotear y por qué es un acto político?

En este artículo vas a descubrir cómo el consumo cotidiano está atravesado por relaciones invisibles, y por qué dejar de comprar —elegir no consumir— puede convertirse en un gesto ético de resistencia.

Del fuego a la fábrica: cómo pasamos de crear herramientas a consumir sin pensar

El hombre dejó de usar uñas y dientes para sobrevivir. Inventó el fuego, el arado, el chocolate y las flores. Pero ese mismo ingenio lo llevó a delegar la subsistencia en sistemas complejos donde ya no controla nada. Hoy sobrevivimos gracias a una red industrial invisible y anónima.

La solidaridad industrial: una red que funciona sin que nadie lo sepa

Creemos que somos libres, que tomamos decisiones. Pero cuando ponemos un saquito de té en una taza, se activa una red de trabajo que va desde el campesino misionero hasta el repositor del súper. Y todos, desde el primero hasta el último, creen que trabajan solo para ganar plata. Pero no. Sostienen, sin saberlo, a San Consumidor.

El dios moderno: San Consumidor y su imperio invisible

El consumidor es el nuevo dios: solitario, libre, supuestamente soberano. Pero su poder destruye redes. Si decide comprar té importado, rompe toda la cadena local. Y ese mismo consumidor está atrapado en contratos, cuotas, promociones y algoritmos que deciden por él. Es amo, pero también esclavo.

¿Dónde estaba San Consumidor durante el conflicto de PepsiCo?

Mientras se reprimía a trabajadores despedidos, muchos siguieron comprando papas fritas, maníes, chisitos. Muchos se decían: "Yo no puedo hacer nada". Pero sí podían. Porque consumir —o no consumir— define qué redes se sostienen y cuáles se apagan. En el silencio de cada compra, hay complicidad o rebelión.

El boicot como acto mínimo, íntimo y político

En Resistencia, un pequeño comerciante achica horarios para no despedir a nadie. Después de ver la represión, uno decide comprar ahí, aunque sea más caro. No es mucho. Pero es un acto. Una forma de cortar la cadena donde más duele: en el deseo de San Consumidor. Boicot no es odio, es memoria. Es lealtad con los que resisten.

Preguntas frecuentes

¿Qué es un boicot? 
Es una decisión individual o colectiva de no consumir productos o servicios de una empresa, grupo o país como forma de protesta. 
 ¿Boicotear sirve de algo? 
Sí. Cuando se extiende, afecta directamente las ganancias de empresas o redes que se sostienen en la explotación o la injusticia. 
 ¿Todo consumo es político? 
Sí. Cada vez que elegimos qué comprar, estamos apoyando un sistema de producción y distribución. Consumir es votar con el bolsillo. 
 ¿Hay alternativas al consumo masivo? 
Sí. Compras locales, cooperativas, pequeños comercios y economías solidarias. No siempre es más fácil, pero sí más justo.

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